En Septiembre de año 2000, dos investigadores recopilaron un análisis de los 57 estudios en productos lácteos y salud osea, los cuales habían sido publicados en la literatura científica desde 1985. El análisis fue publicado en “The American Journal of Clinical Nutrition” (1). Los investigadores excluyeron estudios que mostraban evidencias insignificantes o técnicas fútiles, lo cual elimino mas de la mitad de los estudios. De los estudios restantes, casi un 60% no mostró beneficio alguno de los lácteos y un 14% revelo que los productos lácteos debilitan los huesos. Esto significa que casi 3/4 de estudios científicos sólidos no respaldaba los efectos beneficiosos para la salud osea de los productos lácteos, y algunos incluso demostraron efectos nocivos. No sorprende que la mayoría de estos estudios fueron financiados por la industria de los lácteos, y a pesar de toda la influencia que tienen en investigación, no pudieron generar un caso solido sobre los lácteos y su beneficio sobre los huesos.
Los ensayos de control aleatorizados comparan un grupo experimental con un grupo control, y se consideran la forma mas valida de investigación científica. Un ensayo de control aleatorizado financiado por la industria de los lácteos, observo los beneficios de la leche en la salud de mujeres postmenopausales (2). En la conclusión del estudio, las mujeres del grupo experimental, alimentadas con 3 vasos de 225ml de leche desnatada al día durante un año, perdían mas calcio de su cuerpo del que absorbían (estaban en un balance de calcio negativo). Aunque consumían mas de 1400 mg de calcio al día, aun así perdían el doble de hueso que las mujeres del grupo control, quienes no recibieron el suplemento de leche.
Una preocupación inadecuada en referencia al calcio nos puede desviar la atención y los recursos de asuntos nutricionales mas importantes. El calcio no es el único nutriente que afecta a la salud osea. Estudios han demostrado que el potasio y el magnesio pueden incluso ser mas críticos en la prevención de perdida osea, y que los beta-carotenos, el fósforo y la fibra juegan también un papel importante (4,5). Las plantas son excelentes fuentes de estos nutrientes. La leche no provee ni beta-carotenos, ni fibra (3). Mas importante aun, la salud osea puede tener mas que ver con lo que no comemos que con lo que comemos. Algunos alimentos y sustancias – como las proteínas animales, los cigarrillos, los refrescos, la cafeína y la sal – afectan la capacidad de nuestro organismo de absorber y utilizar el calcio contra la perdida de calcio del organismo (6,7).
Nuestros intestinos absorberán siempre suficiente calcio de los alimentos que comemos para cumplir nuestras necesidades. En una dieta baja en calcio, la eficiencia de la absorción del mineral aumentan y el intestino absorbe mas calcio. En una dieta alta en calcio, mas cantidad de calcio permanece en el intestino para ser excretado, sin haber sido utilizado, en las heces. El intestino es tan listo en relación al calcio que nunca falla en cumplir las necesidades del organismo (8).
Si el calcio es la clave y la leche es una fuente tan buena, porque hay aun 10 millones de americanos con osteoporosis? Las longevas recomendaciones de incrementar la ingesta calcio han tenido un efecto mínimo o ninguno en la prevalencia de osteoporosis o fracturas en EEUU (9).
La verdad es que la leche no es ni la única fuente de calcio, ni tampoco la mejor. Consideremos que la fuente original de calcio esta en la tierra. El calcio y otros minerales son disueltos en soluciones acuosas y absorbidos por las raíces de las plantas. Estos minerales se incorporan a las raíces, los tallos, las hojas, las flores y los frutos de las plantas. Los humanos podemos obtener abundante calcio de las misma forma que llega a la leche de vaca; de los vegetales que comemos.
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