Los gases de efecto invernadero (GEI) atrapan el calor en la atmósfera causando un efecto invernadero, por consiguiente calentamiento global. Existen cinco GEI principales en la atmósfera incluyendo el vapor de agua y el ozono. Los otros tres – dióxido de carbono (CO2), metano y óxido nitroso – son producidos en grandes cantidades por actividades humanas.
Se estima que de todos los gases de efecto invernadero antropogénicos (producidos por el ser humano), el 72% son en forma de CO2, el 8% metano y el 13% óxido nitroso (1). Tanto el metano como el óxido nitroso son mucho más potentes como gases de efecto invernadero que el CO2. El metano tiene un efecto de calentamiento global 23 veces mayor que el CO2, en otras palabras, atrapa 23 veces más calor que el CO2 en la atmósfera, y el óxido nitroso es 310 veces más potente como GEI que el CO2, o atrapa 310 veces más calor que el CO2 en la atmósfera. Aproximadamente el 40% de todo el metano producido por actividades humanas proviene del ganado y sus flatulencias y heces, hasta el punto en el que las emisiones atmosféricas han aumentado un 145% en los últimos 15 años. La industria ganadera a su vez genera un 65% de todo el óxido nitroso producido por el ser humano (2).
Desde 1850, el uso del carbón, el gas y el petróleo (combustibles fósiles) han incrementado convirtiéndose en las principales fuentes globales de uso de energía. Esto ha conducido a un incremento dramático de las emisiones de CO2. La agricultura, especialmente la agricultura animal, ha capitaneado el incremento de de la producción de emisiones de metano y óxido nitroso, además de aumentar las emisiones de CO2 por la quema de combustibles fósiles y la deforestación. En conjunto, el sector energético y la agricultura son los principales contribuyentes de los gases de efecto invernadero antropogénicos, un 61% y un 37% respectivamente, aunque muchos investigadores creen que el ratio es más bien de alrededor del 47% y 51% (3). A pesar de que existen otras fuentes naturales de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que producimos quemando combustibles fósiles y criando animales de consumo es lo que causa el cambio climático (4).
De acuerdo con el informe de las Naciones Unidas del 2006, la ganadería causa un 9% de todo el CO2, un 37% del metano, un 65% del óxido nitroso y dos tercios de todas las emisiones de amoniaco, el cual causa lluvia ácida y acidificación de nuestro ecosistema. Esto constituye, en equivalente de CO2, aproximadamente un 20% de todas las emisiones de GEI antropogénicas (5), aunque muchos investigadores ahora creen que la contribución de la ganadería en mucho mayor (3). Dentro del sector de la agricultura, la ganadería constituye un 80% de todas las emisiones de GEI (6). El transporte global, por el contrario, causa un 13% de todas las emisiones de GEI. Es decir, lo que elegimos comer a diario produce más calentamiento global que la combinación de todos los coches, aviones, camiones y autobuses de todo el mundo (7).
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), considerado el organismo líder de la evaluación del cambio climático, en su cuarto informe de evaluación (AR4) concluyó que; “la mayoría del incremento global observado en la temperatura media desde mediados del siglo 20, es muy posiblemente debido a incremento observado en la concentración de gases de efecto invernadero antropogénicos”.
Un informe especial del IPCC en junio del 2012, de una manera calculada y conservadora, expresó que aunque sea difícil atribuir un acontecimiento extremo específico, tal como los ciclones tropicales por ejemplo, al cambio climático antropogénico, existen evidencias sobre otros efectos a escala global:
- Calentamiento de las temperaturas extremas mínimas y máximas diarias
- Intensificación de precipitaciones extremas
- Incremento de los niveles del mar y de las aguas del litoral
En otras palabras, posiblemente tengamos a la espera para el mundo, más fenómenos meteorológicos extremadamente devastadores que los que hemos experimentado hasta la fecha, según van incrementando los gases de efecto invernadero (8).
Aun así, podemos tener un impacto enorme en la reducción de gases de efecto invernadero y como consecuencia en el calentamiento global, adoptando una Dieta de Alimentos Íntegros de Origen Vegetal. La cual, a su vez, nos aportará grandes beneficios para la salud y contribuirá al bienestar de los animales.
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