Estamos mermando los pulmones de nuestro planeta y extinguiendo cantidades masivas de especies de animales de tierra y mar a un ritmo realmente escalofriante.
Bosques Pluviales;
Los bosques pluviales producen un 20% del suministro de oxígeno en el mundo. Realizan una tarea medioambiental esencial de retirar el CO2 del aire y reemplazarlo por O2. Por lo que, con cada hectárea perdida para promocionar la industria cárnica, la tierra pierde parte de sus pulmones y la habilidad de respirar y producir un suministro nuevo de oxígeno (1).
Piensa por un momento; cuando los bosques se queman, todos los medios de comunicación anuncian la noticia. En el año 2007 por ejemplo, se quemaron aproximadamente 76,000 hectáreas en California, y este trágico suceso fue continuamente emitido por todos los medios de comunicación. El mismo año, se perdieron 12 millones de hectáreas de bosque pluvial sin cobertura alguna por los medios de comunicación. Es realmente un acontecimiento menos devastador que el otro?
De acuerdo con el informe del programa medioambiental de las Naciones Unidas del año 2009, se pierden cada año 13,6 millones de hectáreas de bosques pluviales en la tierra. Hasta un 80% de los cuales son cortados y quemados, para luego convertirlos en terrenos de pasto para ganado o cultivos de grano para alimentar a la ganadería (ganado vacuno, pollos, pavos y cerdos), (2). Más del 70% de los bosque pluviales del amazonas han sido destruidos para siempre, debido a la ganadería (3), y un 95% de los bosques pluviales de la costa atlántica de Brasil han sido cortados o quemados, en su gran mayoría para la cría de ganado (4).
A mediados de 1980, un 15% del planeta estaba compuesto por bosques pluviales. En el 2012 ya habían sido reducidos a menos de un 2% (5).
Océanos;
Nuestros océanos producen más de un 50% del suministro de oxígeno de nuestro planeta, amortiguan las temperaturas extremas, absorben el 70% de CO2 de la atmósfera, albergan el 80% de toda la vida en la tierra, mientras sirven silenciosamente como soporte del 100% de toda la vida del planeta. Nuestros océanos son en realidad un océano global, que contiene un 97,5% del agua de la tierra, y funciona como el sistema circulatorio del planeta, bombeando nutrientes y energía, transportando masas de agua, conduciendo sistemas climáticos y otras fuerzas naturales para mantener la vida en nuestro planeta. Sin océanos sanos, nuestro planeta no puede estar sano, y cuando nuestros océanos mueran, nosotros moriremos con ellos (6).
La cría de ganado afecta negativamente a nuestros océanos, debido al incremento de gases de efecto invernadero y al cambio climático, a la vez que genera cantidades masivas de vertidos contaminantes en la superficie que terminan desembocando en los océanos. Los vertidos de nitrógeno de las operaciones ganaderas ha generado extensas “zonas muertas” en los océanos (zonas extinguidas de oxígeno en los océanos donde la vida ya no existe). Existen actualmente 400 zonas extinguidas de oxígeno alrededor del mundo, que afectan a 152,000 metros cuadrados de nuestros océanos. Las zonas muertas han aumentado ocho veces más en tamaño desde los años 1960. Una de las zonas muertas en el golfo de México ha doblado su tamaño en tan solo veinte años, y es ahora casi tan grande como Holanda. La zona muerta más grande del mundo está en el mar Báltico, donde sus aguas profundas ya carecen de oxígeno a lo largo del año. La cantidad de zonas muertas en el mundo se está duplicando cada diez años (7).
En cuanto a la pesca se refiere, sólo en el 2011, fueron extraídos 165 millones de toneladas de peces; 98 millones de toneladas provenientes de la pesca tradicional (capturados en nuestros océanos) y 67 millones de toneladas de la acuicultura. Además, entre 26 y 78 millones de toneladas de peces son accidentalmente matados por captura accesoria cada año y posteriormente arrojados por la borda (8). Actualmente hay 4 millones de barcos pesqueros que capturan peces en una cantidad y a un ritmo casi tres veces mayor del que se considera sostenible (9). La organización de alimentación y agricultura de las naciones unidas (FAO) calcula que un 70% de las especies mundiales de peces de todos nuestros océanos están completamente explotadas o agotadas (10), y científicos predicen que la pesca mundial podría colapsar en su totalidad para el año 2050, si la pesca continúa a los niveles actuales (11-14).
Un futuro en el que nuestros bosques pluviales están completamente destruidos y nuestros océanos agotados suena aterrador. Si nosotros, como consumidores, disminuimos la demanda de alimentos de origen animal, podríamos no solo ralentizar, si no incluso detener esta destrucción innecesaria, y quien sabe, después de algún tiempo incluso regenerar los bosques pluviales y devolver la vida a las zonas muertas.
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