Cita Imagen; “La proteína de la leche de vaca puede ser el químico cancerígeno individual mas significativo al cual los seres humanos estamos expuestos”.
En 1968 investigadores Indios realizaron un estudio en roedores de laboratorio que mostró que la proteína principal de la leche de vaca (caseína) fomenta el cáncer. En este estudio se administró a todos los roedores aflatoxina, una toxina que causa cáncer de hígado. La aflatoxina es uno de los químicos más cancerígenos descubiertos hasta la fecha, por lo menos en roedores. Dividieron a los roedores en dos grupos. Uno de los grupos fue alimentado con un 20% de caseína, y el otro grupo fue alimentado únicamente con un 5% de caseína. Los resultados fueron sorprendentes. Todo el grupo de los roedores que fue alimentado con un 20% de caseína desarrolló el cáncer, mientras que ninguno del grupo alimentado con el 5% de caseína lo hizo (1). El estudio fue enterrado para el olvido en la biblioteca de medicina.
El Dr. T. Colín Campbell autor de mas de 300 estudios científicos y del “Estudio de China”, uno de los grandes libros de la nutrición escritos hasta la fecha, tropezó con el estudio que acabamos de mencionar en la década de los 70. Intentaba descubrir la raíz de la incidencia de cáncer de hígado tan elevada en la población infantil Filipina, la cual había sido causada por la aflatoxina (una micotoxina procedente del moho de los cacahuetes y el maíz).
A continuación del descubrimiento, el Dr. Campbell realizó una serie de estudios para verificar los resultados de los investigadores Indios. Organizó un estudio a gran escala de cientos de roedores para examinar la formación tumoral durante su periodo de vida utilizando varias estrategias diferentes (2,3). El efecto de la alimentación proteica en el desarrollo de los tumores era espectacular. Todos los roedores alimentados regularmente con un 20% de caseína murieron o estaban a las puertas de la muerte debido cánceres hepáticos después de 100 semanas. Mientras que todos los roedores administrados con la misma cantidad de aflatoxina pero alimentados con un 5% de caseína, estaban vivos y activos después de las 100 semanas. Algo casi inaudito en investigación científica y casi idéntico a los resultados obtenidos por los investigadores en la India.
En el mismo experimento, intercambiaron las dietas de algunos de los roedores, después de 40-60 semanas, para investigar la reversibilidad en el desarrollo del cáncer. Los roedores que cambiaron de la dieta alta a baja en caseína, mostraron un crecimiento significativamente menor de los tumores, entre 35% y 40% menos que los roedores alimentados con una dieta alta en caseína. Esto significaba que la manipulación nutricional puede activar y desactivar el cáncer, por lo menos en roedores.
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